TOALLITAS HÚMEDAS
(paños fríos para la locura cotidiana)
12. Ayer fuimos a la ciudad que más cerca tenemos. Hicimos 150 km. Queríamos pasear un poco, ir al centro, hacer la compra del mes en un super grande. Llegamos y nos pasó por arriba la marea de gente. Gente que te ignora, que te choca con el hombro, que te exime de saludar, que no sabe nada de vos, ni le interesás ni cabés en su registro. Qué felicidad volver a ese tumulto donde no somos nada. Algúndíamarido no podía creer mi cara. Me dijo que le hacía acordar al nene. El nene que cuando está muy contento parece morder con las muelas que no tiene y le sale una sonrisa alargada. Una especie de bruxismo de alegría. Sigue leyendo